El aumento de la esperanza de vida ha hecho que cada vez sean más las personas que se ven afectadas por la pérdida de piezas dentales y recurren a la odontología moderna con exigentes demandas tanto estéticas como funcionales. La necesidad de alargar el periodo de vida de estas piezas sustitutivas y junto con la mejora estética y funcional demandada ha hecho que la odontología centrase muchos de sus esfuerzos en conseguir una solución más efectiva que las prótesis convencionales. Gracias a esta evolución se llegó a la mejor solución para realizar la sustitución de cuantos dientes se quiera: los implantes dentales.
Los implantes dentales permiten reemplazar las piezas dentales de la manera más natural posible. La colocación de estas piezas artificiales nos permitirá recuperar el 100% de la funcionalidad y la estética de los dientes naturales caídos o extraídos. La técnica utilizada con los implantes se basa en la sustitución de la raíz del diente perdido por una raíz artificial en forma de tornillo, generalmente de titanio. Este implante se osteointegra perfectamente al hueso maxilar como si de la raíz natural se tratara para luego albergar la prótesis dental unitaria o múltiple.